Belén Serrano
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Muy mala experiencia. Al personal de la clínica que lea esto: leed para hacer autocrítica, no para responder con excusas y lavar vuestra imagen. Llevé a mi perro Woody de urgencias el fin de semana pasado. La primera visita fue el sábado 11 de noviembre Tenía fiebre alta (40,3°) que detecte ese mismo día y estaba muy decaído. Le expliqué la situación a la veterinaria que me atendió (fue muy amable, la verdad) y le comenté que le puse una vacuna cinco días antes y lo desparasité el día anterior, para que lo tuviera en cuenta. También le expliqué que mi perro se lleva a la boca todo lo que pilla, ya sea comida u objetos, que lo tuvieran muy en cuenta. Le hicieron una radiografía digestiva y no vieron nada patológico. Le pincharon Nolotil para la fiebre, me dijeron que creían que era efectos secundarios de la vacunación y lo enviaron a casa indicándome que, si en 24 horas no mejoraba, volviéramos. Pasadas 24 horas el perro seguía enfermo. Volví con él el domingo 12 de noviembre y le hicieron una analítica completa cuyos resultados indicaron que los glóbulos blancos estaban alterados por encima de los valores de un perro sano. Estos valores son los que aparecen en una analítica cuando hay una respuesta del sistema inmune a una vacunación o por una INFECCIÓN. Pese a esto, me insistieron en que sería respuesta a la vacuna puesta seis días antes, lunes 6 de noviembre (de la cual no había dado señales de reacción en días inmediatamente posteriores a recibirla) y lo mandaron a casa con Nolotil cada 8 horas con la indicación de que si en 48 horas (el martes 14 noviembre) seguía enfermo, volviéramos para hacer una ecografía digestiva. En el informe del sábado y del domingo que hizo la veterinaria que le atendió constaba "No linfadenopatias periféricas palpables". El lunes 13 de noviembre, 24 horas después, llevé a mi perro a su veterinaria habitual, quien detectó explorándole físicamente (mediante palpación) en consulta que tenía un bulto en el lado izquierdo del cuello con mucha inflamación. El bulto era tan grande (por lo menos tres dedos de tamaño) que se apreciaba a simple vista. El martes por la noche, cuando llegué a mi casa del trabajo, observé que mi perro estaba peor y se tiraba peso plomo al suelo. Llamé a sus urgencias para *PREGUNTAR* la viabilidad de llevarlo en ese momento (entendiendo que era tarde) y que pudieran hacerle la ecografía que me indicó la veterinaria de urgencias el domingo o atenderle por qué le veía muy mal. Tras explicarle todo esto a la persona que respondió el teléfono su respuesta fue, en tono irónico y de manera pasivo agresiva: "A ver, le haremos pruebas si es de vida o muerte pero... No creo que te dijeran que llamaras a las 11 de la noche". Le respondí que le llevaba cuando pude ver que seguía enfermo e intentó reconducir la conversación, tras ese comentario tan tremendamente improcedente. No sabía que un servicio de urgencias 24 horas tenía horario de atención. La próxima vez programaré a mi perro como a la lavadora para que se ponga enfermo en horario laboral. Evidentemente, le llevé a otro hospital. Mi perro está actualmente ingresado en ese otro hospital por la tremenda infección del bulto del cuello en/junto al ganglio linfático del lado izquierdo pese a que la persona que lo atendió en Ervet + Urgencias veterinarias 24 horas no detectó "linfadenopatias periféricas palpables" que se veían a simple vista. Esta infección viene de algo que se tragó y se le clavó en la garganta. Algo que pedí en Ervet que tuvieran muy en cuenta. Por otro lado, el domingo 12 de noviembre detecté en la sala de espera falta de higiene. Durante toda mi estancia allí había manchas de sangre en el suelo y heces de otro perro que no salieron a limpiar pese a que la dueña del perro avisó a la persona de recepción. No hace falta que respondáis a mi reseña con excusas cordiales. Estaría bien que me devolváis el dinero por el daño que le ha causado vuestro negligente trabajo a mi perro, que es mi familia, y así lo puedo invertir en donde sí le están atendiendo adecuadamente para que se recupere.